Navidad, emociones contradictorias

Nos encontramos otro año más sumergidos en la temporada navideña, y es importante recordar que cada persona puede experimentar las fiestas de manera muy diferente y sentir emociones contradictorias.

Los profesionales de la salud mental nos vemos desbordados en estas fechas por pacientes que viven esta época con verdadera angustia y pesar. Dificultades de la vida, como pueden ser la pérdida de un ser querido, problemas económicos, una ruptura sentimental, sentimientos de soledad, padecer un trastorno psicológico etc., hacen que se agudicen estas emociones negativas en unas fiestas en las que, se supone, «deberíamos estar felices».

Es importante recordar que no estamos obligados a gastar dinero o a participar en actividades o reuniones que nos causen malestar. Si no estamos en condiciones de celebrar, podemos tomarnos un tiempo para nosotros mismos y cuidar nuestro bienestar emocional de manera alternativa.

Desde aquí, queremos desearos que encontréis paz y esperanza durante esta temporada y que el nuevo año os brinde nuevas oportunidades y momentos de alegría.

 ¡Os deseamos un buen comienzo de 2024!

Para más información sobre este y otros temas, visita nuestra página web: https://www.psicia.com/

Próxima terapia de grupo para personas con TOC

El próximo jueves 2 de marzo, vamos a realizar una terapia de grupo en nuestro Centro de Madrid, para pacientes con Trastorno obsesivo compulsivo.
La hora de comienzo es a las 17:30. Hay plazas limitadas y el grupo está casi completo.
Las personas interesadas en acudir, pueden contactar con nosotros en el correo electrónico: info@psicia.com

Terapia de grupo para Pacientes con TOC.

El próximo jueves, día 15 de diciembre, vamos a hacer una terapia de grupo, para pacientes con TOC, en nuestro Centro de Madrid.
El grupo está casi cerrado, pero queda alguna plaza libre. Los interesados, pueden contactar con nosotros en la siguiente dirección de correo: info@psicia.com

Terapia de grupo para pacientes con Trastorno obsesivo compulsivo, en Madrid

A partir de este mes de febrero, reanudamos las terapias de grupo para pacientes con Trastorno obsesivo compulsivo, en nuestro centro de Madrid.

Este tipo de terapia, combinado con la terapia individual, ha demostrado un alto nivel de eficacia en el tratamiento del TOC, ya que se elimina el sentimiento de soledad e incomprensión que sufren estos pacientes. Hablar de sus pensamientos intrusivos y preocupantes, sin temor a ser juzgados por los demás, poder abordar los rituales y compulsiones que limitan su vida y, en definitiva, hablar entre todos el mismo idioma, hace que se sientan comprendidos ayudados y motivados para luchar y vencer a su trastorno.

Conocer las experiencias de los otros participantes, hace que se cree un clima de confianza y que los pacientes se conviertan en ayudantes terapéuticos de los otros miembros del grupo, favoreciendo que vayan afrontando situaciones de forma más activa y vayan adquiriendo compromisos (principalmente en el abordaje de las compulsiones), con los demás.

Desde el primer momento se nota una mejoría significativa en el estado de ánimo, que suele estar muy disminuido por la incomprensión que perciben por parte de su entorno.

Comenzamos este próximo jueves 15 de febrero a las 17:30. La terapia suele durar una hora y media. Las plazas son limitadas y los grupos reducidos. En algunas reuniones, se podrá venir acompañado de un familiar. Todavía quedan plazas disponibles.

Podéis contactar con nosotros a través de nuestro correo: info@psicia.com o a través de nuestro teléfono: 914028012, para daros toda la información adicional que necesitéis.

Para más información sobre este y otros temas, visita nuestra página web: https://www.psicia.com

La ansiedad social en la adolescencia se puede ver agravada a raíz del confinamiento

Caso real.

Claudia de 17 años de edad, estudia 2º de Bachillerato y los últimos resultados de la evaluación han sido bastante negativos. Su familia la define como una chica muy brillante en los estudios, bastante tímida, muy responsable, retraída, pero cómoda con su familia y amigos de la infancia.

Actualmente no quiere ver a nadie y evita ir a clase.

Claudia, al inicio del confinamiento, manifiesta que se sintió muy aliviada. La idea de quedarse en casa y tener que dar las clases online, le generaba tranquilidad y bienestar. Pero al poco tiempo, empezó a sentirse muy incómoda cuando tenía que hacer alguna intervención y se veía hablando en la pantalla del ordenador. Por las noches, no podía dormir anticipando que algún profesor la pudiera hacer intervenir y acabar siendo el centro de atención, con todos sus compañeros observándola a través de la pantalla. Poco a poco empezó a poner excusas para no conectarse a las clases y si lo hacía, tenía que ser con la cámara apagada. Pudo terminar el curso de manera aceptable.

Cuando llegó el verano y se relajaron las medidas de confinamiento, ya no le apetecía salir a la calle, ni quedar con nadie. Salía de vez en cuando a dar una vuelta con su hermana y sentía gran alivio por llevar la mascarilla y poder pasar desapercibida. Prácticamente se aisló de toda vida social durante siete meses.

Al empezar 2º de Bachillerato, las clases pasaron a ser de forma presencial y online, alternativamente. Al tener que volver a enfrentarse a las situaciones sociales, tenía dos pensamientos que le atormentaban. El primero era que, al ser alérgica, de vez en cuando tenía algo de tos (nada exagerado según ella), pero el simple hecho de tener la posibilidad de toser con el tema de la COVID-19 presente, y poder llegar a ser el centro de atención, le generaba tantísima ansiedad, que empezó a evitar el salir a la calle.  Por otro lado, tampoco quería quedar con sus amigos ya que le daba miedo que propusiesen “ir a tomar algo” y tener que quitarse la mascarilla (pensaba que, al llevar tanto tiempo encerrada, tenía muy mala cara y que todo el mundo la iba a criticar).

Poco a poco, todos estos pensamientos anticipatorios la llevan a la situación extrema de no querer asistir a ninguna clase presencial, ni online, y a ir distanciándose por completo de su entorno más cercano. Siente muchísimo miedo a la humillación y a las críticas y ha sufrido varios ataques de pánico en los últimos meses.

Casos como el de Claudia, cada vez son más frecuentes en el contexto actual.

La adolescencia es un periodo de vulnerabilidad emocional donde los cambios corporales, el estrés, la baja autoestima, el deseo de aceptación por parte del grupo de iguales etc. están presentes, haciéndolo un periodo crítico y sensible. Si a esto le añadimos un trastorno previo, como el caso de la ansiedad social, en un contexto anormal de pandemia por el Coronavirus, nos podemos encontrar ante un cóctel explosivo difícil de abordar sin ayuda.

En la fobia social, el confinamiento se ha podido vivir en un primer momento con cierto “alivio” por la poca o nula exposición a situaciones sociales, pero estamos observando ahora en estos pacientes, un mayor retraimiento social que antes de la crisis.

Tanto los padres, como los profesores y los psicólogos clínicos, debemos estar alerta y preparados ante la huella mental que puede dejar esta pandemia en los adolescentes.

Para más información sobre éste y otros temas, visita nuestra página web: https://www.psicia.com/